Bienvenidos a la primera revista electrónica de la Subsecretaría de Derechos Humanos perteneciente al Municipio de Quilmes. Desde aquí, iremos informando las actividades que se llevan a cabo desde este área, así como también, se pondrá a disposición del pueblo de Quilmes, todos los proyectos, acontecimientos y desarrollos que se generen en este ámbito.

martes, 26 de julio de 2011

CEREMONIA INTI RAYMI, QUÉ CELEBRAMOS? Por Eliana Rodríguez, Directora de Pueblos Originarios del Municipio de Quilmes

El Inti Raymi, la fiesta del sol

Para nosotros, el Inti Raymi, es una de nuestras ceremonias sagradas.
Lo conmemoranos, el 21 de junio, los pueblos originarios desde hace
5519 años. Simboliza la llegada del año nuevo en el hemisferio sur,
fecha que coincide con el solsticio de invierno y que es cuando la
noche es la más larga del año, como si fuese la más antigua de todas.
La esperamos, desde el 20, con música con danza autóctona de cada
pueblo, como quien predice una verdadera fiesta.

Hay comidas típicas donde generalmente cada hermano trae tamales,
humitas, tortas, panes y locros por citar algunas de ellas. Chicha,
jugos de duraznos, api -una bebida caliente como si fuese un té- que
suele acompañarse con algún exquisito buñuelo. El api es del pueblo
aymara. Mi pueblo, el toba, lleva el locro, el moló en nuestra lengua,
Qom, después las tortillas ( )a la parrilla, las tortas fritas ( ) y
el mate cocido ( ). Podemos decir también que la bebida casi siempre
es de la creación del pueblo aymara y colla- Y la Chicha, realizada a
base de maíz fermentado la preparan con o sin alcohol, sabrosa, siendo
una de las preferidas de todos y de todas.

Y así, a la salida del sol, entre las 6.50 y 7.10 aproximadamente,
damos inicio a la ceremonia de la siguiente manera:

La máxima autoridad (presente), de manera general, un anciano, ya que
para nuestros pueblos, los ancianos, representan el saber en cuánto a
los conocimientos de la espiritualidad que, a su vez, vienen desde
hace miles de años (o son milenarios). Él nos dirige la palabra, ya
con el fuego encendido, con los inciensos, con la coa –un racimo de
ofrendas, previamente preparadas y seleccionadas-, más la infaltable
hoja de coca, nuestra planta sagrada. Entonces, quien dirige, llama a
dos personas, una mujer y un hombre y los invita a que compartan
partecita de las ofrendas con todos los presentes, formando un
círculo. El mismo debe componerse de una mujer y un hombre,
cerràndolo. Los dos simbolizan la dualidad de la vida, tan apreciada
por nosotros. Y, una vez, con el círculo ya formado, quien quiera
decir unas palabras, puede expresarse libremente. Los sentimientos van
desde agradecimientos a los ancestros, a la tierra, a la vida hasta
peticiones personales pasando también -y de modo fundamental- a ruegos
comunales dirigidos al bien común y al sumo cuidado de la naturaleza,
entre tan dignos pedidos.

En Quilmes, donde reivindicamos, nuestra historia, nuestra leyenda y
nuestro sentir, desde la histórica Plaza San Martín, nos abrazamos en
la fiesta del sol, a tantos hermanos y hermanas de América, de nuestra
Abía Yala, -tierra hermosa, tierra en plena madurez o simplemente
tierra, como proponen llamarla, los kunas de Panamá, al precioso lugar
donde habitamos-.



El agradecimiento al tata Inti, (el sol en quechua). A la tierra, la
Pacha y para finalizar agradecemos a los cuatros puntos cardinales.
Falta la parte donde todos, en pareja, ofrendan a la Pachamama. Y
termina o cierra, ofrendando el anciano, nuestro guía